2 de julio de 2015

DOGMA DE FE





Tenía en su cabeza una locura preciosa.
¿Cómo no iba a perder la puta razón por ella?
Elvira Sastre

Me gustas.
Casi tanto como el mar.
Porque tienes algo de pez
cuando te corres entre espasmos,
algo de ola
cuando te mueves,
casi mecida por la luna,
cabalgándome las ganas
y una pizca de alga
cuando te arqueas como si fueras a quebrarte.
Pero no.
Aquí lo único que se rompe
es la distancia entre nuestras pieles,
la vergüenza
y ese muro infranqueable que pusiste
entre tu orgasmo
y el resto de los mortales.
Será por eso que yo,
hoy,
me siento un poco más dios
y menos hombre.

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